Empezamos una aventura...

... parafraseando libremente a Ernest Shackleton:
Se buscan profesionales para peligroso viaje.
Amistades en huida. Frío penetrante.
Largos meses de completa soledad.
Constante peligro. Dudoso regreso a la vida sano y salvo.
En caso de éxito, honor y reconocimiento
.
¿Te atreves a cambiar el statu quo del sector de las Tecnologías de la Información?
Empieza comentando y opinando. Sin tí nosotros no tenemos sentido.


La tira diaria de Dilbert 20/09/2011

dilbert.com

Nuestra estrategia consiste en aumentar la cuota de mercado.

Estoy confundido. Pasé todo el año anterior tratando de disminuir la cuota de mercado. ¿Fue que un esfuerzo inútil?

No se preocupe. Wally me dijo que tiene un buen sentido del humor.

No estoy seguro.

jueves, 25 de marzo de 2010

Avanzando hacia el precipicio…

Empecé a trabajar con la categoría de Programador en una gran empresa del sector de las Tecnologías de la Información en el año 1988. Acababa de terminar mi licenciatura y era todo ganas; mi primer contrato fue de 1.700.000 ptas brutas; en euros serian 10.217€ aproximadamente. No era un gran salario, pero no estaba mal para la época.

Si miramos el incremento del IPC entre enero de 1988 a enero de 2010, sabiendo que mantener el IPC es empobrecerte un poco año a año, tendríamos, que ese primer sueldo se debería haber revalorizado, para no perder poder adquisitivo, un 121,9%. Es decir, mi primer salario actualizado a enero de 2010 debería ser 22.672€ anuales brutos.

Hablando estos días con un amigo en el sector, me comentaba la rebaja de los sueldos que se ha producido en los últimos años; sólo que la rebaja se produce principalmente en los sueldos iniciales de contratación. Para el resto, ha sido aplicar subidas cercanas al 0% anual. En los años 2003 y 2004 recuerdo, como directivo de otra importante empresa del sector, que los salarios de entrada eran de unos 20.000€ para titulados medios y de unos 23.000€ para titulados superiores. Es decir, que aplicando un poco de visión global podemos decir que en entre 2003 y 2004 el sector había mantenido, más o menos, el incremento real del IPC en los salarios de entrada de sus profesionales.

Pero, ¿qué está pasando hoy en día? Pues si mis datos son correctos, actualmente los salarios iniciales en muchas compañías están en torno a los 15.000 – 17.000€ anuales brutos. Eso son 6.760-7.660€ del año 1988 descontado el IPC. Eso es una reducción real de salarios del 25 al 34%. Mirando estos datos, ¿algún responsable político, de la patronal o tertuliano se atreve a seguir pidiendo una reducción de los salarios?

Pero las cosas no terminan aquí. Ahora vienen las consecuencias. El ajuste de costes en las empresas del sector se está realizando, principalmente, por la reducción del salario de entrada de sus profesionales. Con cariño, a estos profesionales les vamos a denominar, por razones obvias, “los remeros”; si alguien conoce el sector, sabe claramente que son los que sacan adelante los proyectos, los que reman. Si los “remeros” tienen un salario inicial por debajo de los famosos “mileuristas”, ¿cómo les podemos exigir un trabajo profesional? ¿a qué llamamos compromiso con la empresa?. Si, encima, los horarios laborales reales siguen siendo de “hasta las 10 de la noche si hay suerte…”, estaremos de acuerdo que acabamos de inventar el concepto de esclavitud del siglo XXI. A estas personas, a poco que tengan que pagarse un medio de transporte y la comida del mediodía, les puede salir más rentable no trabajar.

Luego nos quejamos que los jóvenes actuales no salen de casa de sus padres hasta pasados los 30 años y eso, con suerte. Que estos jóvenes no tienen planes de futuro. Que se dedican a vivir el día a día lo mejor posible.

De metodologías, procesos de desarrollo, calidad, pruebas y demás cosas hablamos mejor otro día…

domingo, 21 de marzo de 2010

Economía "optimizada" versus Economía por objetivos

Denominamos Economía "optimizada" aquella que busca la optimización de todos sus componentes. Expliquemos que significa esto: el modelo económico imperante (lo que se denomina comúnmente economía de mercado) tiene por objetivo que todos sus actores tiendan a lo óptimo. Cuando alguna de las partes no es optima, el mercado actua sobre ella; es lo que se conoce como ir contra el mercado. En consecuencia, la "avaricia" era vista como buena. Si cada uno de nosotros fuesemos avariciosos, tenderiamos a optimizar cada una de nuestras aportaciones. Una consecuencia que no se cuenta es que unos pueden ser más avariciosos que otros o, dicho de otra forma, unos son más fuertes que otros.
Las consecuencias de este modelo ya las conocemos todos.
Lo curioso es que ya sabiamos, en algunos sectores del conocimiento, que la optimización de todos los componentes de un sistema no es posible. En concreto, en la Ingeniería del Software hace mucho tiempo que se ha explicado que la optimización completa de una aplicación no es posible. Es decir, tenemos que elegir que se optimiza y que no. Por ejemplo, si queremos una aplicación que sea mantenible (sea fácil realizar modificaciones ante cambios futuros) podemos optimizar su código en fase de desarrollo para facilitar la mantenibilidad. Pero si deseamos que la aplicación tambien se eficiente en tiempo de ejecución tenemos un problema de incompatibilidades en las optimizaciones. Un código mantenible no puede ser un código eficiente. O una cosa o otra; o un poco de cada una de ellas.
La economía actual orientada a los mercados tiende a la idea (falsa idea) de la optimización de todos sus componentes. La realidad es que se termina maximizando alguno de ellos (los más fuertes) en detrimento de otro (los más débiles). Bien, entonces digamos las cosas por su nombre: la economía debe orientarse a los objetivos. Entonces, si ponemos los nombres concretos decidiremos los objetivos concretos. No creo que nadie se atreviera (y si lo hace lo podriamos cambiar cada cuatro años) a decirnos que hay que optimizar a los jugadores fuertes (y pocos) en detrimento de los jugadores débiles (y muchos).
Una economía por objetivos prioriza a los participantes con valor añadido en detrimento de los participantes sin valor (basicamente los intermediarios como explicamos anteriormente).
Pongamos un ejemplo en el sector de las tecnologías de la información: un cliente necesita un desarrollo software que le permita disponer de un portal de venta de sus productos por internet. Encuentra un suministrador (una empresa tecnológica o una consultora) que le hace una oferta por 100.000€ con un periodo de realización de 10 meses (obviamos impuestos como el IVA porque no añaden nada a este ejemplo). Es decir, a efectos del cliente, la empresa le esta ofertando un desarrollo que tiene un coste de 10.000€ por mes.
Una empresa tipo en el sector tiene un margen medio sobre los proyectos del 30%. Es decir, la empresa dispone de unos 77.000€ para ejecutar el proyecto. Eso nos da 7.700€ por mes de media. Por debajo de ese margen del 30% una empresa tipica pierde dinero por los elevados costes de infraestructura que tiene. Un mes tiene 160 horas disponibles; eso nos da que la empresa tendria una tarifa hora media de unos 48€. Si miramos la piramide de una empresa tipica, todo proyecto necesita la imputación de un responsable (gerente, director o cualquier otro nombre pomposo) con una tarifa media alta, de algún jefe del proyecto (el que se encarga en el día a día del proyecto) y de uno o varios programadores, diseñadores, etc (los que hacen realmente el proyecto). En resumen, este proyecto tipo tendría dos programadores / diseñadores encargados de realizarlo (y eso como mucho).
Estas personas tienen un salario bruto anual de unos 20.000€ brutos (incluso esta cantidad es muy alta con la situación actual del mercado). En neto, mensualmente, esta persona recibe en su nomina no más de 1.300€ en 14 pagas. Es decir, el que hace el proyecto recibe unos 8€/hora por su trabajo, mientras que la empresa que necesita la aplicación web paga más de 20€/hora por la persona que trabaja (esta es una tarifa media de venta de un programador/diseñador). Eso sí, paga bastante más por todos los que vuelan alrededor.
Si una empresa que necesita una portal web pagara los mismos 20€/hora a 2 programadores/diseñadores (los que hacen el trabajo, recuerda) durante los mismos 10 meses el proyecto saldria por un precio de 66.000€. Los programadores ganarían 3.300€ mensuales.
En una economía por objetivos, los que "hacen" ganan más y los que necesitan un producto o servicio pagan menos. Los que viven de lo que otros hacen (en muchos casos, incluso se creen que sin ellos el mundo no se moveria) tendrían un problema.
En SoftAuction creemos en una economía por objetivos. ¿Te atreves a cambiar el statu quo del sector de las Tecnologías de la Información?

Economía basada en la ineficiencia versus Economía basada en las personas

Estamos en crisis. No es nada nuevo decir esto; tampoco es nuevo decir que crisis también significa oportunidad. Aunque esto último, seguro, que a quien ha perdido su trabajo no le hace ninguna gracia oirlo continuamente.
Tampoco es nuevo decir que esta crisis ha sido creada por el sector financiero. Podemos compartir parcialmente la culpabilidad diciendo que todos fuimos participes en el desaguisado; aunque, para ser justos, habria que añadir que algunos son más culpables que otros... El sector financiero, los reguladores, las elites políticas se llevan la mayoría de los números en esta rifa de culpabilidad. Los trabajadores, en su conjunto, poco tienen que ver en este lio. Solamente, cada uno de nosotros, como compradores (algunas veces, compradores compulsivos por encima de nuestras posibilidades) tenemos algún número en la rifa de la crisis. La mala noticia es que tenemos todos los números en la rifa de las consecuencias.
Pero intentemos elevarnos un poco, visualizar la situación, dejar de quejarnos y buscar soluciones. Si miramos la economía actual, el flujo de cualquier producto o servicio se inicia en un generador (sea este un agricultor, un constructor de viviendas, un taxista, un programador, etc) y termina en un consumidor (cualquiera de nosotros).
Empecemos por los generadores; cualquiera de ellos necesita una serie de suministradores previos (en mayor o menor medida) para crear su producto o servicio. Un agricultor necesita del vendedor de semillas, abonos, fertilizantes así como de una aseguradora para minimizar sus riesgos, etc... No pretenemos ser exhaustivos sino simplemente describir una idea. Un programador necesita formarse (preferentemente en una universidad), disponer de un ordenador, contratar una linea de ADSL a un operador, etc... Todos ellos integran los productos o servicios de terceros dando un valor añadido a su trabajo en forma de un nuevo producto o servicio que un consumidor puede demandar. Los mejores en cada actividad deberían ganarse la predilección de cada uno de nosotros en cuanto consumidores.
Hasta aquí lo obvio; pero si miramos con un poco más de detalle nos encontramos que entre el generador y el consumidor aparecen un conjunto casi infinito de intermediarios. Aclaremos, antes de seguir, que a los intermediarios a los que nos referimos son aquellos que no realizan ninguna aportación de valor al producto o servicio generado previamente; sólo aprovechan una ineficiencia de nuestra economía para poner en relación al generador con el consumidor.
Por ejemplo, como el agricultor no dispone de acceso a los consumidores de sus productos en las grandes ciudades, aparece un intermediario que le compra sus patatas a un precio muy ajustado, las transporta a las grandes urbes donde estan los consumidores y las vende al por menor a un precio muy superior y con un margen en muchos casos escandalosos. En las Tecnologías, entre el trabajo del programador y del consultor de negocio (como generador de un producto o servicio) y las empresas de cualquier sector que necesitan las tecnologías para optimizar sus negocios, se posicionan las empresas de tecnología y las consultoras como intermediarios puros; su aportación al valor del producto o servicio realizado por un generador es escasa, pero el incremento de precio de ese producto es considerable. Sin ningún tipo de valor añadido sustancial.
Curiosamente, la crisis que vivimos tiene que ver con el incremento de margenes que han impuesto estos intermediarios. Por ejemplo, el incremento del euribor en el precio de las hipotecas de viviendas provocó el impago de las mismas por una mayoría de personas. Igualmente, en el momento actual, el mantenimiento de margenes sino su incremento, esta propiciando la reducción de salarios a los trabajadores y de pago de las materias primas a los agricultores. Pero el precio del producto final no ha descendido en el mismo porcentaje (es decir, no incrementamos la competitividad sino que mantenemos los margenes de los intermediarios).
Bien, pues a grandes males, grandes remedios. Eliminemos a los intermediarios sin valor añadido para nuestros productos o servicios. Relacionemos lo más directamente posible a generadores y a consumidores. Un ejemplo que me ha llamado la atención ultimamente es el agricultor de naranjas que utiliza una web para permitir a los consumidores comprarle el producto directamente; con la utilización de las tecnologías, dispone de un sitio web de compra de naranjas y contrata a una empresa de logística que se encarga de poner el producto en la puerta de la casa del consumidor en 24 horas. El agricultor consigue un mejor precio para su producto y el consumidor consigue un producto fresco y de mejor calidad a un precio más ajustado.
SoftAuction permite poner en contacto a cualquier empresa que necesite un desarrollo software para optimizar su negocio con los técnicos (desarrolladores de software y consultores de negocio) que pueden realizarlo. La empresa consigue un producto o servicio con el mejor precio posible (la competencia mediante puja es el método seguido) y el desarrollador y consultor consigue vender sus conocimientos por mucho más de lo que recibe en una empresa tecnológica.
Entre todos podemos pasar de una Economía basada en la ineficiencia a una Economía basada en las personas. Cambiemos el statu quo!



sábado, 20 de marzo de 2010

Una "bonita" metáfora del Sector de las Tecnologías de la Información....

  • Uno de enero: Hoy me han llevado al solar por primera vez. La situación es perfecta: tiene el Metro a dos pasos y una cafetería enfrente donde sirven menú del día. El viejo bloque de pisos, al que va a sustituir nuestra nueva construcción, lleva un año al borde de la ruina. Mi propia empresa ha colocado varios puntales que, por el momento, han ido evitando que el caduco edificio reviente por sus múltiples grietas. La construcción de este megalito de ladrillo comenzó hace cinco años, y aunque los pisos superiores nunca llegaron a recibir el agua, la electricidad y el enfoscado de las paredes, en diez meses los cimientos ya se habían desplazado peligrosamente y las vigas presentaban peligrosas fisuras. La cansada torre de viviendas ya ha cumplido su propósito y ahora nosotros la conduciremos a una muerte dulce... Por supuesto, el viejo edificio no será demolido hasta después de construir y probar el nuevo, lo que nos deja poco espacio de maniobra; pero no vamos a dejar a todas esas familias en la calle durante la construcción. De cualquier modo, los vecinos de la vieja y decadente estructura nos miran con recelo. Saben que el nuevo edificio tendrá viviendas cómodas, pero algunos de los residentes no podrán costearlas. Ni sé qué va a ser de la gente, ni es asunto mío. Llegan los primeros camiones de ladrillos.
  • Dos de enero: Me han presentado a Alberto, la persona a quien "voy a reportar". No me han dicho si es el capataz, el jefe de obra, el aparejador, o el arquitecto; sólo me han dicho que todo lo que tenga que "reportar" se lo "reporte" a él. Así que, por donde él diga, yo zaca-zaca, como una locomotora. Esa es la definición que me han dado de nuestra metodología. He buscado "reportar" en el diccionario, y no aparece.
  • Seis de febrero: En algo más de un mes, hemos cavado medio metro de cimientos. Ayer Alberto nos dijo que empezáramos a poner ladrillos, porque el tiempo designado para la cimentación se había agotado hace dos semanas. No aceptó nuestras excusas de que las prometidas excavadoras aún no habían llegado y que nos habíamos visto obligados a cavar con las paletas de enyesar. Un compañero se trajo un pala de cavar que guardaba de una obra anterior y casi le echan por razones deontológicas. Según Alberto, lo que pasa es que frecuentamos demasiado la cafetería. El asunto se ha zanjado con un "ale!, a levantar paredes y luego que cada palo aguante su vela". El trabajo sin planos es dificultoso. Los cimientos tienen una forma algo pintoresca. He pedido una plomada para que las paredes queden verticales y he recibido improperios poniendo en duda mi masculinidad. Ya sé que Alberto no es el arquitecto, porque el arquitecto es un tal Ignacio. Pasó a supervisar la obra el otro día. Aunque aún no había nada que ver. Me han llegado rumores, aunque no son muy dignos de crédito, de que existen fotocopias de planos.
  • Doce de Mayo: Anoche estuvimos hasta la siete de la mañana cubriendo con tablas y enmoquetando el espacio que algún día ocupará el despacho de la planta noble; el edificio no es aún más que una maraña de vigas de todos los tamaños y algunas paredes que habrá que tirar más tarde porque están en el sitio equivocado. Hemos traído baterías para los fluorescentes y unos muebles de caoba preciosos. Por suerte, todo estuvo a punto para la demo. Izamos al cliente con la grúa hasta su futuro despacho y pudo contemplar la vista que disfrutaría desde el emplazamiento. El viento hizo que la pared oeste, que dos de mis compañeros sujetaban con la espalda, se derrumbara con gran estruendo sobre la mesa de caoba en el peor momento. Gracias a Dios, el cliente fue comprensivo: esto pasa siempre en las demos, y él está curado de espanto, dijo mientras le sacudíamos el polvo del traje. Dice que el lunes que viene vendrá a probar las instalaciones sanitarias. Supliremos con cubos la inexistencia de tuberías.
  • Veintitrés de febrero: Han transcurrido casi catorce meses. Llevamos ya siete de retraso y el edificio no acaba de superar el estado de "casi terminado". Soy de los pocos albañiles que no ha cambiado de obra en este tiempo. Alberto está consumido por la zozobra y se pasa el día en la cafetería trasegando Soberanos. El arquitecto no ha vuelto a pasar por aquí. Los rumores dicen que existieron unos planos, pero no eran de un bloque de pisos, sino de un polideportivo. Por lo visto, en las reuniones del comité de construcción se dijo que la filosofía era la misma y que sólo harían falta modificaciones mínimas. Ahora comprendo por qué nos hicieron instalar aros de baloncesto en el hueco del ascensor. Siempre dije que acabaríamos teniendo que quitarlos o aquello no era un hueco de ascensor, que era cuestión de lógica. Alberto siempre me contestaba que no le viniera con tecnicismos. Estoy perdiendo la vocación de albañil. He decidido apuntarme por las tardes a un curso de informática, a ver si puedo cambiar de vida. Este oficio mío no es serio.

VirtualShore, ¿te atreves a cambiar el statu quo del sector de las Tecnologías de la Información?

VirtualShore no es sólo un concepto, sino una revolución. El siguiente paso en el desarrollo del software profesional.

En los últimos años hemos visto el incremento de los servicios de Outsourcing en el sector de las Tecnologías de Información. El concepto de Outsourcing se refiere al proceso económico en el cual una empresa determinada mueve o destina los recursos orientados a cumplir ciertas tareas, a una empresa externa, por medio de un contrato. Este modelo se da especialmente en la subcontratación de empresas especializadas. Existen distintos niveles, pudiendo contratar sólo al personal, en cuyo caso los recursos los aportará el cliente (instalaciones, hardware y software), o contratar tanto el personal como los recursos.

Asociado a Outsourcing se han desarrollado dos terminos (en inglés):

  • Offshore es un término que en principio significa "en el mar, alejado de la costa". En el ámbito financiero se utiliza para referirse a empresas ficticias creadas en centros financieros con un nivel impositivo muy bajo (paraísos fiscales), que generalmente se encuentran en islas (de ahí la utilización del término inglés). Estas empresas son usadas para ocultar el propietario o beneficiario de determinados bienes, por varios motivos (p. ej. blanqueo de dinero, ocultación de propiedades en procedimientos de divorcio, etc.). También se utiliza como sinónimo de paraíso fiscal. En informática, el término se aplica al recorte de gastos mediante la externalización del desarrollo de software, empleando a bajo coste a programadores de países con menor renta, como la India o China.
  • Nearshore es el complementario al término anterior que indica que el recorte de gastos mediante la externalización del desarrollo de software puede realizarse aprovechando lugares más cercanos a la sede (y a la cultura) del cliente, como por ejemplo Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha a efectos de empresas radicadas en Madrid.

Si nos fijamos un poco, estos dos conceptos solo esconden una forma de hacer negocios: o con una subsidiaria localizada en paises emergentes (India por ejemplo) o con una subsidiaria localizada en una región cuyos costes sean menores. La misma organización que vende la idea de Nearshore a sus clientes nacionales vende la idea de Offshore a sus clientes internacionales (y vende la misma localización geográfica). ¿Algo cambia con esto? Nuestra opinión es que no.

El concepto de VirtualShore es radicalmente distinto. Se centra en el servicio que demanda la empresa contratista y utiliza la tecnología y la ubicuidad de los medios para realizarlo. Una empresa no quiere que sus desarrollos software se realicen cerca o lejos; lo que quiere es que se realicen bien y al menor coste posible. Dónde se realicen es lo de menos.

Definimos VirtualShore como la capacidad de realizar un servicio y/o producto demandado por un contratista de forma directa por el suministrador reduciendo la intermediación al mínimo posible. La reducción de costes viene por la reducción de los actores intermedios. En este caso, el servicio/producto tiene el menor valor posible para el contratista y el mayor precio posible para el suministrador. El uso de las propias tecnologías del sector permite hoy realizar este tipo de propuestas.

Las ventajas del VirtualShore son las desventajas para las actuales empresas establecidas en el sector de las Tecnologías. Si un servicio se puede realizar si la intermediación de estas compañias con una infraestructura pensada para mantener una piramide ejecutiva y de gestión ¿que hacemos con los directores? ¿y con los automoviles de empresa?. La idea de base es la eliminación de los intermediarios físicos. El valor esta en el producto y/o servicio a realizar, sin ningún tipo de aditivo que carece de valor añadido. El poder esta en la empresa contratista y en el suministrador (de varios tipos: Desarrolladores de Software y Consultores de Negocio). El intermediario queda reducido a lo mínimo.